jueves, 23 de agosto de 2012

El arte cinético resurge en el Museo de Bellas Artes

Movimiento, luz, color, agua, un sinnúmero de texturas y por sobre todo, el desafío a la percepción del espectador ante la obra que se transforma, se combinan en el recorrido por la exposición “Real/Virtual. Arte cinético argentino en los sesenta” que abre sus puertas al público mañana en el Museo Nacional de Bellas Artes.

"Esta es una oportunidad de conocer el arte cinético como no se lo vio nunca”, dispara la curadora de la exposición y jefa de Investigación del museo, María José Herrera, durante una recorrida para la prensa por la muestra dedicada a la corriente artística que sentó sus bases en el movimiento y que fue tendencia en la Argentina desde fines de los 50 hasta principios de los 70.

El inmenso Pabellón de Exposiciones del museo, recibe al espectador prácticamente en penumbras, ya que la mayoría de las obras se activan con el toque de un botón que ponen en funcionamiento la magia de estas piezas pertenecientes a la colección del museo, a las que se suman obras de colecciones particulares y otras instituciones.

Maestros como Gyula Kosice, Rogelio Polesello, Ary Brizzi, Jorge Gamarra y Jacques Bedel participaron del recorrido por la muestra, totalmente financiada por la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes, que desembolsó más de 500 mil pesos para su realización y puesta a punto de las obras, además de la publicación del catálogo.

"Se han analizado más de 600 obras para conformar este universo que hoy forma parte de la colección que vamos a ver”, señaló el director del museo, Guillermo Alonso, quien se refirió además a “la gran muestra de arte cinético que todo el medio cultural estaba esperando”.

La exposición señala la importancia del arte cinético argentino a través de tres instancias decisivas de su historia: la primera es el impacto que tuvo sobre el ambiente artístico local la exposición del húngaro-francés Víctor Vasarely de 1958 en el Museo de Bellas Artes, durante la gestión de Jorge Romero Brest.

"Aquí se ven los primeros intentos de muchos artistas jóvenes de buscar el movimiento, de trabajar con el desplazamiento del espectador y también con la seriación”, detalla Herrera sobre estas creaciones.

Horacio García Rossi, Luis Tomasello, Jorge E. Lezama, Hugo de Marziani, Jorge Luna Ercilla y Juan Carlos Romero son algunos de los creadores que buscaban mostrar la inestabilidad en la composición que se produce ante el contraste extremo de blancos y negros, la superposición de tramas y otros efectos que virtualmente dan la sensación de movimiento.

La segunda instancia, caracterizada por las exploraciones óptico-cinéticas, tiene su anclaje en la creación del Groupe de Recherche d´Art Visuel, el GRAV (París, 1961) y la consagración del arte cinético, a través de piezas de “recursos muy sencillos, muy pobres y, a la vez, muy poéticos”, desgrana la curadora, mientras señala un trabajo del emblemático Julio Le Parc, pequeños acrílicos que penden de un hilo sobre un fondo rojo, donde el movimiento es dado por el aire que lo circula.

La expansión y legitimación del cinetismo en exposiciones, premios y salones es la tercera instancia consagratoria, que reúne obras de artistas ópticos y cinéticos como Miguel Ángel Vidal y Eduardo Mac Entyre, creadores del Grupo de Arte Generativo (1960), o piezas de Carlos Silva, Ary Brizzi y Manuel Espinosa.
www.telam.com.ar/nota/28448

Ultimo día para ver lo mejor del arte cinético


La deslumbrante muestra "Real/Virtual Arte Cinético en los años sesenta" podrá visitarse sólo hasta hoy en el Museo Nacional de Bellas Artes.
La exposición, curada por María José Herrera, abarca desde fines de los años cincuenta hasta comienzos de los setenta, e incluye nombres como los de Julio Le Parc o Luis Tomasello. Movimiento, luz, color, agua, un sinnúmero de texturas y, por sobre todo, el desafío a la percepción del espectador ante la obra que se transforma, se combinan en el recorrido por la exposición, según los organizadores de esta muestra, ya disfrutada por miles de porteños y visitantes.
Otros maestros como Gyula Kosice, Rogelio Polesello, Ary Brizzi, Jorge Gamarra y Jacques Bedel participan de la muestra, totalmente financiada por la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes, que desembolsó más de 500.000 pesos para su realización y puesta a punto de las obras, además de la publicación del catálogo.
"Se han analizado más de 600 obras para conformar este universo que hoy forma parte de la colección que vamos a ver -señaló el director del museo, Guillermo Alonso-. Esta es la gran muestra de arte cinético que todo el medio cultural estaba esperando."
La exposición señala la importancia del arte cinético argentino a través de tres instancias decisivas de su historia: la primera es el impacto que tuvo sobre el ambiente artístico local la exposición del húngaro-francés Víctor Vasarely de 1958, en el Museo de Bellas Artes, durante la gestión de Jorge Romero Brest.
"Aquí se ven los primeros intentos de muchos artistas jóvenes de buscar el movimiento, de trabajar con el desplazamiento del espectador y también con la seriación", detalló Herrera sobre estas creaciones.
El recorrido reserva un espacio especial para cuatro obras de Gyula Kosice, creador de la Ciudad Hidroespacial.
La muestra podrá disfrutarse hoy por última vez en Avenida del Libertador 1473, con entrada libre y gratuita, entre las 9.30 y las 20.30.

historiadelarte4.blogspot.com/

Recuerdos del futuro: abre una muestra de arte cinético

POR MERCEDES PÉREZ BERGLIAFFA

Un movimiento que creció hace 50 años, cuando la tecnología entró en el arte.
Según como usted lo mire. Movimientos cromocinéticos, una obra de Martha Boto, realizada en 1971.

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14/06/12
Se mueven, tambalean, destellan: son obras de arte que cambian. Que requieren que participemos. Por eso, para contemplarlas bien, muchas veces debemos movernos a su alrededor. Son trabajos que juegan con nuestras percepciones. Y los artistas que los hicieron lo sabían bien. Sabían que nuestros ojos se equivocan, engañados por los “juegos” o las ilusiones ópticas. Señores, bienvenidos al fascinante universo de las obras de arte cinéticas, siempre tan deslumbrantes con tan poco recursos (tecnologías antiguas: estamos hablando de trabajos realizadas hace cincuenta años). Ellas podrán verse a partir de hoy en la gran muestra Real/ Virtual: arte cinético argentino en los años sesenta , en el pabellón nuevo del Museo Nacional de Bellas Artes.
“La exposición comprende varios núcleos”, explica la curadora de la exhibición, María José Herrera (quien con esta muestra se despide del MNBA luego de treinta años de trabajo). “Entrando a la exposición, el primer núcleo –“Vasarely y la nueva tradición”– se ubica a la izquierda, y concentra las obras que se realizaron bajo el impacto que tuvo la muestra que el artista Vasarely realizó en la Argentina en 1958. Esta exposición influyó muchísimo en los artistas locales”, aclara la curadora.
El segundo núcleo incluye obras de arte ópticas, y presenta muchos trabajos de artistas de la ciudad de La Plata. “En esa época, Héctor Cartier tenía la cátedra “Visión”, que representó toda una innovación. En ella presentaba las teorías de la Gestalt, recién llegadas y renovadoras”, explica Herrera. Con sus clases en La Plata y Buenos Aires, Cartier formó artistas como Julio Le Parc y Alejandro Puente: su raíz viene de allí, de ese profesor y artista de Chivilcoy, inteligente e intuitivo.
“Le Parc y el GRAV” (Groupe de Recherche d’Art Visuel o Grupo de Investigaciones Visuales), es el tercer núcleo, que recibe al público en vía recta desde el pasillo de entrada. Y aquí se expone una de las obras más impactantes de la muestra, “Luces sobre resortes”, de Julio Le Parc, una ambientación a oscuras, hecha de reflejos de luces blancas sobre espejos.
Hay otros dos núcleos más, que organizan la muestra: “Itinerarios París-Buenos Aires” y “Cinéticos”, éste último asombroso, con obras con movimiento, luces que se mueven, se prenden y apagan … Esto era “el” futuro, en los ‘60.
En esta parte, no hay que dejar de ver el trabajo del padre del arte cibernético a nivel mundial, Nicolás Schöffer. Su obra, Lux 2 , es una escultura instalada sobre una plataforma giratoria, con luces de colores y música de fondo. Pero la más bella, la más sutil de las obras cinéticas es, sin lugar a dudas, “Generador de imágenes”, de los cordobeses Eduardo Giusiano y Jorge Schneider (quienes estuvieron presentes en la pre-inauguración de la muestra, ayer al mediodía, ya mayores).
Otra presencia importante ayer fue la del maestro Gyula Kosice quien, también de edad avanzada, que habló sobre su conocido tema: la ciudad hidroespacial.www.clarin.com/sociedad/Recuerdos-futuro-abr.

Escultura cinética

El arte cinético y el arte óptico son corrientes artísticas basadas en la estética del movimiento. Está principalmente representado en el campo de la escultura donde uno de los recursos son los componentes móviles de las obras. Pictóricamente, el arte cinético también se puede basar en las ilusiones ópticas, en la vibración retiniana y en la imposibilidad de nuestro ojo de mirar simultáneamente dos superficies coloreadas, violentamente contrastadas. Op Art. Las primeras manifestaciones de arte cinético se dan en los años 1910, en el movimiento futurista y en ciertas obras de Marcel Duchamp. Más adelante, Alexander Calder inventa el móvil, un tipo de escultura formada por alambre y pequeñas piezas de metal suspendidas que son movidas ligeramente por el desplazamiento del aire ambiente. La expresión arte cinético es adoptada hacia 1954, para designar las obras de arte puestas en movimiento por el viento, los espectadores y/o un mecanismo motorizado.
El arte cinético fue una corriente muy en boga desde la mitad de los 60 hasta mediados de los 70.
Es una tendencia de las pinturas y las esculturas contemporáneas creadas para producir una impresión de movimiento. El nombre tiene su origen en la rama de la mecánica que investiga la relación que existe entre los cuerpos y las fuerzas que sobre ellos actúan. Este término apareció por primera vez en 1920 cuando Gabo en su Manifiesto Realista rechazó “el error heredado ya del arte egipcio, que veía en los ritmos estáticos el único medio de creación plástica” y quiso reemplazarlos por los ritmos cinéticos: “formas esenciales de nuestra percepción del tiempo real”. Utilizó esta expresión coincidiendo con su primera obra cinética, que era una varilla de acero movida por un motor y da valor al término utilizado hasta ese momento en la física mecánica y en la ciencia, pero comienza a utilizarse de forma habitual a partir del año 1955. Hoy en día se conoce como arte cinético, aquellas obras que causan al espectador movimiento e inestabilidad, gracias a ilusiones ópticas, que cambian de aspecto según el punto desde el que son contempladas o por la luz que reciban (un ejemplo pueden ser los anuncios luminosos). También están incluidos dentro de este movimiento los móviles sin motor y las construcciones tridimensionales con movimiento mecánico..wikipedia.org/wiki/Arte_cinético

martes, 24 de julio de 2012

Escultura cinética

El arte cinético y el arte óptico son corrientes artísticas basadas en la estética del movimiento. Está principalmente representado en el campo de la escultura donde uno de los recursos son los componentes móviles de las obras. Pictóricamente, el arte cinético también se puede basar en las ilusiones ópticas, en la vibración retiniana y en la imposibilidad de nuestro ojo de mirar simultáneamente dos superficies coloreadas, violentamente contrastadas. Op Art. Las primeras manifestaciones de arte cinético se dan en los años 1910, en el movimiento futurista y en ciertas obras de Marcel Duchamp. Más adelante, Alexander Calder inventa el móvil, un tipo de escultura formada por alambre y pequeñas piezas de metal suspendidas que son movidas ligeramente por el desplazamiento del aire ambiente. La expresión arte cinético es adoptada hacia 1954, para designar las obras de arte puestas en movimiento por el viento, los espectadores y/o un mecanismo motorizado.
El arte cinético fue una corriente muy en boga desde la mitad de los 60 hasta mediados de los 70.
Es una tendencia de las pinturas y las esculturas contemporáneas creadas para producir una impresión de movimiento. El nombre tiene su origen en la rama de la mecánica que investiga la relación que existe entre los cuerpos y las fuerzas que sobre ellos actúan. Este término apareció por primera vez en 1920 cuando Gabo en su Manifiesto Realista rechazó “el error heredado ya del arte egipcio, que veía en los ritmos estáticos el único medio de creación plástica” y quiso reemplazarlos por los ritmos cinéticos: “formas esenciales de nuestra percepción del tiempo real”. Utilizó esta expresión coincidiendo con su primera obra cinética, que era una varilla de acero movida por un motor y da valor al término utilizado hasta ese momento en la física mecánica y en la ciencia, pero comienza a utilizarse de forma habitual a partir del año 1955. Hoy en día se conoce como arte cinético, aquellas obras que causan al espectador movimiento e inestabilidad, gracias a ilusiones ópticas, que cambian de aspecto según el punto desde el que son contempladas o por la luz que reciban (un ejemplo pueden ser los anuncios luminosos). También están incluidos dentro de este movimiento los móviles sinmotor y las construcciones tridimensionales con movimiento mecánicowww.ecured.cu/index.php/Arte_cinético